jueves, 3 de febrero de 2011

El alquimista de Longhi


Uno de los últimos exponentes de la pintura de la vieja Serenísima República de San Marcos fue Pietro Longhi. Pintor y grabador, autor de escenas costumbristas de fina ironía que le reportaron ganancias desde la década de 1740, crea, siguiendo un tanto las pautas de pintores como Watteau, una peculiar forma del "cuadro-conversación". En 1757, fecha en la que elabora este cuadro de madurez (tenía 56 años), Longhi llevaba un año siendo miembro de la Academia de Pintura y Escultura de Venecia.
Este óleo sobre tela tiene un tamaño de 61x50 cms y se halla en Ca'Rezzonico (Museo del Siglo XVIII veneciano). Llama la atención la figura principal, que nos trae a la mente a personajes de esos años, como el famoso Conde de Saint-Germain y el libro que porta el monje a su lado, donde está inscrito el nombre de uno de esos autores -considerados en este caso por algunos como apócrifo- alquimistas del medievo, Raimundus Lullius.

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