martes, 23 de febrero de 2010

Primer taoísmo religioso: los Maestros Celestiales




PINTURA DE LA DINASTÍA SUI. LOS MAESTROS TAOÍSTAS PRESENTAN UNA EDICIÓN DEL DAODEJING AL EMPERADOR. CAJA DE LACA DEL SIGLO XVIII, CON OCHO LUOHAN (ARHATS), REUNIDOS EN UN BOSQUE. MODO TÍPICO DE REPRESENTAR LOS OCHO INMORTALES TAOÍSTAS.



El grupo de los Maestros Celestiales (Tianshi), conformados a finales de la dinastía Han (206 a.n.e.-220) es el que inaugura el taoísmo religioso. Fundada por Zhang Daoling tras una presunta revelación del Laozi divinizado como uno de los Tres Puros[1], que le indicaba la necesidad de crear una nueva ortodoxia que sustituyese a las degeneradas prácticas populares, esta escuela llegó a establecer un estado teocrático en el occidente chino, sosteniendo que las enfermedades eran causadas por los pecados. Su curación sólo se podría realizar a través de las buenas obras y la confesión, expresadas en diversos rituales, incluyendo algunos comunitarios para fomentar la unión hombre-divinidad y otros sexuales con la intención de reforzar la energía vital. Al final de la dinastía Han algunos seguidores de esta escuela huyeron hacia el sur debido a los desórdenes y conflictos de la época, adoptando varias ideas alquímicas, médicas y mágicas, que se compilaron en el clásico Baopuzi (el maestro que adopta la simplicidad), de Ge Hong.
[1] Los Tres Puros, entidades arcaicas y abstractas, una suerte de seres mitologizados a partir de principios filosóficos, son los dioses taoístas más relevantes. Se trata del Venerable Celestial del Principio Primordial, manifestación pura del qi primordial originario; el Venerable Celestial Señor del Tao, una especie de mediador entre el principio primordial y otras deidades menores; y el Venerable Celestial Laozi, discípulo y mensajero divino. A ellos se ofrecía una práctica ritual denominada jiao, que buscaba el regreso al origen para alcanzar la necesaria renovación.

Prof. Dr. Julio López Saco

23 de febrero del 2010