El templo hindú del norte, denominado genéricamente nagara, es, en realidad, un mandala, la morada de la divinidad y la representación de la montaña Meru. Su proyección y construcción, en el marco de un planteamiento fundamentalmente espiritual, actúan a modo de ofrendas sacrificiales. Los templos son la realización práctica de los Vastu-Sastras o manuales sacros de arquitectura, que deben ser interpretados por el brahmán-arquitecto y el sacerdote-artista o silpin. Los volúmenes arquitectónicos del nagara son el sikara o sala de la divinidad (torre bastante oscura que constituye la habitación de la deidad, y en la que se encuentra la estatua del dios, con una cubierta más elevada para significar mayor sacralidad), y la mandapa o sala de los humanos (un pabellón destinado a la oración de los fieles, a las ofrendas y danzas rituales), El mandapa, abierto a todo el público, tiene un uso menos sagrado y una decoración un tanto más profana. Además, en relación a sendos volúmenes esenciales hallamos en los templos la antesala de la divinidad o jaga-mohana y la antesala de los humanos (ardha-mandapa). En todo el norte, entre los siglos IX y XIII se diferencian cuatro estilos arquitectónicos: el de Orissa, el Rajputana, el de Gujarat y el de Bundelkhand.
Prof. Dr. Julio López Saco
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